Cuando el rey quería, era el hombre más agradable y amable del mundo. Sin ser perfecto, nuestro rey tenía grandes y bellas cualidades y no mereció ser tan difamado y despreciado por sus súbditos a su muerte. Mientras vivió, le adularon hasta la idolatría.
(Isabel Carlota de Baviera, cuñada de Luis XIV)
Paris, Junio 2008
Le Roi Soleil
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