Es una calle con bastante historia. En un origen se llamó Calle de los Arcos a la parte inicial, y Calle de la Parra al último tramo, en clara referencia a los frutos que había plantados. Como anécdota, indicaremos que tal parra fue quebradero de cabeza para el maestro López de Hoyos, quien en su estudio cercano en el Pretil de los Consejos, veía cómo sus alumnos hacían novillos para robar la fruta de este arbusto. Uno de estos alumnos a quien castigó en repetidas ocasiones por su ausencia escolar fue el mismísimo Cervantes.
A lo largo de su trayecto encontramos gran cantidad de palacios y edificios con solera. El nombre actual es en honor al rollo jurisdiccional de la Villa, que estaba ubicado en esta calle. Su principal característica es la forma escalonada de su trayecto final, acabando en la Plaza de la Cruz Verde.
(Madrid, Diciembre 2006)
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