La villa de Bermeo fundada en 1236 es un municipio de la comarca de Busturialdea, en la provincia de Vizcaya, en la Comunidad autónoma del País Vasco, en España. Se trata de la villa mas poblada de la comarca del Urdaibai con cerca de 17.000 habitantes.
Se trata de una villa arraigada a la tradición marinera ya que su economía se basa mayoritariamente en la pesca y en las conservas de pescado.
Posee además de diferentes atractivos turísticos tales como la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, la torre Ercilla (Museo del pescador), el portal de San Juan o su acogedor puerto, entre otros.
La noticia documental más antigua de Bermeo es la consignada en la donación que hicieron el primer Señor de Vizcaya, Don lñigo López "Ezkerra" y su esposa Doña Toda, de heredades en San Juan de Gaztelugatxe, Bermeo al monasterio de San Juan de la Peña en el año 1051. Años más tarde, en 1082, vuelve a citarse el nombre de Bermeo en la donación que hicieron Don Lope lñiguez, segundo Señor, y su esposa Doña Tecla, al Monasterio de San Millán de la Cogolla, de la Iglesia de "Sancti Michaelis Arcangeli in Portu de Vermelio". Estos documentos hablan de la antigüedad de Bermeo, aunque podría remontarse a épocas muy anteriores. Pues algunas leyendas sitúan la fundación del antiguo puerto de los Amanos en Túbal, descendiente de Noe, 150 años después del diluvio, o por los romanos en el siglo I a. C. bajo el gobierno del emperador Flavio Vespasiano.Le dio Fuero en Logroño y título de Villa Don Lope Díaz II de Haro, Señor de Vizcaya, y aunque el documento no tenía fecha, sin duda fue expedido el año 1236. El Rey Don Alfonso X El Sabio hallándose en el cerco del castillo de Unzueta del Valle de Orozco, el 12 de agosto de 1277 confirmó este privilegio.
Posteriormente, el 18 de marzo de 1285, el octavo Señor, Don Lope Díaz de Haro, amplió y mejoró sus términos, y lo mismo hizo el Señor Don Tello, por privilegio expedido el 25 de abril de 1366.
Varios Señores de Vizcaya y a la vez reyes castellanos confirmaron los Fueros y Privilegios de la Villa en la Iglesia de Santa Eufemia. Entre ellos, Fernando el Católico, quién el 31 de julio de 1476 confirmó a la villa como "Cabeza de Vizcaya", título que Bermeo hacía tiempo empleaba y que le fue arrebatado en 1602 tras duro y largo pleito interpuesto por los próceres que gobernaban Bilbao y otras instituciones del Señorío, que no se resignaron a que, siquiera de forma simbólica, Bermeo siguiera ostentando tal distinción.
No obstante, la primacía que vino manteniendo Bermeo en relación con las demás Villas y Anteiglesias se traduce en el hecho de que en las Juntas Generales tenía el primer voto y asiento, y cuando hablaban sus procuradores solían descubrir sus cabezas los demás que se encontraban en la Junta. Actualmente, la cabeza barbada de anciano que figura como una de las armas de su escudo heráldico, patentiza y perpetúa con toda justicia el arrebatado título.
La importancia que tuvo Bermeo se puede colegir de los numerosos privilegios y exenciones que alcanzó de los Señores y de los Reyes. Desafortunadamente los diversos incendios que padeció la Villa destruyeron todos estos documentos, si bien se conoce perfectamente su enumeración y sus fechas de otorgamiento. Ello muestra el prestigio que mantuvo la Villa y el favor del que en todo momento gozó.
Las luchas de los banderizos vizcaínos turbaron la vida de Bermeo durante el siglo XV y juntamente con los incendios que había sufrido en siglos anteriores (concretamente en los años 1297, 1347,1360, 1422) arruinaron Bermeo e hicieron que su población disminuyera continuamente.
Por otra parte, la fundación de la Villa de Bilbao en el año 1300 contribuyó notablemente a la decadencia de Bermeo.
Más adelante, nuevos incendios, uno de ellos el del año 1504, afectando a toda la Villa, asestaron buenos golpes de desdicha y desolación, haciendo peligrar incluso su propia supervivencia.
A pesar de los padecimientos sufridos, Bermeo, durante el siglo XVI, mantuvo su prestigio, de lo que dan fe, por ejemplo, la ratificación de las Ordenanzas de la Cofradía de Pescadores el 7 de abril de 1527; la confirmación por el rey Carlos VMadrid el 10 de marzo de 1546; el jubileo concedido al Convento de San Francisco por el Papa Pablo lV por bula fechada el año 1563, etc.
No obstante, Bermeo ostenta durante el siglo XVI, a despecho de su adversa suerte, una dualidad "pesca-comercio" y mantiene la mayor y mejor flota pesquera de la península, al tiempo que sus buques mercantes continúan la vieja rivalidad secular con el puerto de Bilbao.
El siglo XVIII marca para Bermeo una etapa de franco florecimiento, debido fundamentalmente, al desarrollo paulatino de la actividad pesquera, que hasta entonces venía simultaneando con la del comercio. Reanuda su dedicación a la pesca y con ella se inicia también un período de una importante actividad constructiva en muelles, calles, edificios, arroyos, escolleras, etc., lo que produce un apreciable desarrollo urbano y un considerable aumento de su población, así como una masiva implantación de "talleres u oficinas de salar pescado" e industrias auxiliares de la pesca, como la construcción naval con sus carpinteros de ribera y calafates.
Tras nuevas convulsiones provocadas por la invasión napoleónica y por las guerras carlistas, hacia el año 1872 experimenta Bermeo un extraordinario auge, con una floreciente situación económica motivada por las importantes capturas de pesca. Ello permitió emprender importantes obras de infraestructura y de construcción de edificios y de servicios públicos, muchos de los cuales han llegado hasta nuestros días. La reconstrucción de la Casa Consistorial, el antiguo matadero, la iglesia de Santa María son de esta época. Se convierte así, después de Bilbao, en la localidad vizcaína más poblada y en mejor estado económico.
Ya en el siglo XX, Bermeo se lanzó al mar con mayor ímpetu que nunca, acogiéndose a todos los avances tecnológicos, llegando ello con ello a una extraordinaria situación de florecimiento y manteniéndose en la vanguardia de las flotas pesqueras de bajura. Posee también una importantísima flota de altura, así como una extraordinaria estructuración industrial pesquera.
Su término municipal se encuentran algunos de los accidentes geográficos más conocidos de la costa vizcaína como el cabo Matxitxako, la isla de Izaro, el islote de Akatz o San Juan de Gaztelugatxe. En la localidad se encuentra la playa de Aritzatxu.
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